En un hecho memorable, y de gran trascendencia, varios organismos de control decidieron sumar esfuerzos para ayudar a desenredar una obra de gran impacto para la ciudad, que hoy tiene en el limbo la pronta reapertura de un importante escenario para la capital del país: la Unidad Deportiva El Salitre (UDS).

La Comisión Regional de Moralización Bogotá-Cundinamarca -presidida por el Contralor de Cundinamarca, Dr. Édgard Sierra Cardozo- visitó el complejo deportivo, ubicado en el Parque Metropolitano Simón Bolívar, con el propósito de verificar el estado de las intervenciones que allí se adelantan, y que fueron contratadas, hace más de 3 años, por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte – IDRD.

La crítica situación de la obra -que buscaba reforzar estructuralmente la UDS y cuyo valor asciende a cerca de 12 mil millones de pesos- motivó la unánime decisión de la Comisión Regional de hacerle un seguimiento especial a la misma. Esta importante instancia de coordinación territorial, que previene, investiga y sanciona la corrupción, la integran, entre otras entidades, la Contraloría General de la República, la Contraloría de Bogotá, la Contraloría de Cundinamarca, la Fiscalía General de la Nación, la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, la Secretaría de Presidencia, la Personería Distrital y la Veeduría Distrital.

El contrato para reforzar y realizar adecuaciones arquitectónicas en la Unidad Deportiva El Salitre inició en noviembre de 2017 y debía terminar 13 meses después, es decir, el 15 de diciembre de 2018. Sin embargo, se amplió 4 meses más y, finalmente, tras múltiples modificaciones y suspensiones, avanza contra el contratista (Unión Temporal San Antonio IDRD Reforzamiento ASEMAIN), un proceso administrativo sancionatorio por posible incumplimiento, el cual inició en octubre de 2020.

La obra de reforzamiento estructural del escenario deportivo se encuentra actualmente en abandono, con una licencia de construcción vencida desde el año 2020 y un grado de avance del 39%. Este atraso evidente ha traído consecuencias para la población deportiva de la ciudad y del país: ha dejado de beneficiar a cerca de 250.000 deportistas de la capital y las 11 ligas deportivas que funcionaban y practicaban allí, integradas por 791 deportistas, de los cuales 119 son deportistas paralímpicos, fueron reubicadas en otros escenarios.

Actualmente, el contrato de obra en la UDS es objeto de auditoría por parte de la Contraloría de Bogotá, ente de control que llevó el caso a instancias de la Comisión Regional de Moralización Bogotá-Cundinamarca. En el marco de nuestro proceso auditor, estamos haciendo seguimiento a cómo se utilizó el anticipo, a la planeación de la obra y a los posibles cambios técnicos en la misma; también, cuál será la ruta que seguirá la Administración para devolverle este escenario a los capitalinos.

La obra en la UDS entrará en estudio de patología con el fin de determinar qué se puede retomar para la continuación del reforzamiento estructural.

Recuperar este importante escenario, donde han tenido lugar innumerables torneos y competencias locales, nacionales e internacionales, debe ser un propósito colectivo.

Los invitamos a sumarse a esta gran cruzada por el cuidado de los recursos públicos de la ciudad: a nuestras ‘Obra$ bajo control’, como hemos denominado el seguimiento especial a los proyectos y obras de gran impacto para la capital, porque cada peso invertido en ellos cuenta en el bienestar de los ciudadanos. ¡Donde hay un bogotano, hay un contralor!

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Nicolas Espinosa Estevez

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