Editorial.
El reciente triunfo de Egan Bernal como nuevo campeón del Giro de Italia confirma la regla que el que persevera alcanza, que el que cae puede volver a levantarse y que para los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien.
Y es que el trabajo y la fe son una excelente combinación y lo acaba de demostrar el joven maravilla, que tuvo dos difíciles años después de ganar el Tour de Francia, pero afortunadamente está de vuelta. Y seguramente volverá a tener dificultades pero siempre será un ganador. Así como lo expresa Proverbios 24:16 “Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse”.
Y es que después del sorprendente logro del ciclista de Zipaquirá a los 21 años en el Tour de Francia, pensamos que vendrían una serie de éxitos en seguidilla, pero lo cierto es que lo que ocurrió fueron dos años difíciles, al punto que el propio deportista llegó a pensar que le iba a tocar quedarse de gregario.
La palabra de Dios nos invita a no desfallecer, en Josué 1:9 dice “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”. De manera que no debemos rendirnos ante los obstáculos y adversidades, sino que debemos seguir luchando por nuestros sueños.
Hay momentos en que las cosas las queremos ya, no queremos vivir los procesos, cuando son éstos los que nos ayudan a crecer, a madurar. Gracias a los errores, caídas y fracasos, es que podemos avanzar y alcanzar las metas que nos hemos fijado.
Nada es fácil en la vida y debemos ser conscientes que conseguir los objetivos implica sacrificio, trabajo, dedicación, si, esa misma con la que se preparan los deportistas para enfrentar competencias, torneos, carreras, y eventos en las diversas disciplinas.
El ahora ganador en dos grandes como el Tour y el Giro, ha expresado en varias oportunidades su fe en Dios, de ahí que la invitación es a contar en nuestros caminos con el todopoderoso y confiar en su palabra cuando nos dice en el salmo 37:24 “Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Dios sostiene su mano”.
Sorprendió Bernal en sus declaraciones una vez se quedó con la camiseta rosa de líder del Giro y sobre todo cuando afirmó que le pasaron muchas cosas por la cabeza como pensar que no volvería por los caminos del triunfo.
Lo cierto es que la vida es como una carrera en la que debemos competir para ganar, para triunfar, para salir adelante, para hacer las cosas bien, para trabajar en equipo, en forma honesta, al estilo Bernal. A pesar que la espalda y las piernas no le respondían, Egan siempre tuvo en su mente que era un ganador y ese pensamiento lo ha vuelto a vestir de gloria. Y es que la Biblia es clara en ese sentido, en proverbios 23:7 “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”.
Así que la mente tiene poder y todo lo que pensemos eso mismo seremos, y por ello debemos erradicar de ella los pensamientos de mediocridad, de fracasados, de que no vamos a poder, o que no lo vamos a lograr, sino por el contrario, alimentarla de que con esfuerzo y disciplina somos unos ganadores y que corremos para ganar como dice 1 Cor 9:24 “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis”.