Con ocasión del 30º aniversario de la Constitución Política de Colombia, la alcaldesa mayor, Claudia López Hernández, participó en el foro “30 años de la Constitución Política de Colombia: el pacto fundamental de convivencia que nos une”.
Durante su intervención en el panel ¿Por qué y para qué fue necesario un nuevo pacto fundamental de convivencia?, la Alcaldesa Mayor recordó su rol como integrante del Movimiento Estudiantil Séptima Papeleta, que puso en marcha una alternativa para que los ciudadanos pudieran expresarse en las elecciones de marzo de 1990, a favor de una Asamblea Nacional Constituyente que trabajara en un nuevo pacto fundamental por la vida y la paz.
“Este sigue siendo el mejor ejemplo de que la pluralidad y la diversidad colombiana no solo estuvo en su gastronomía o en su expresión cultural, sino que lo mejor de la Nación colombiana se dio cuando la política fue capaz de expresar esa pluralidad, de reconocer y de concertar en medio de esa pluralidad, sin ningún asomo de violencia”, sostuvo la Alcaldesa Mayor.
La Constitución Política de Colombia, norma de normas en nuestro país, proclamó la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, amplió la carta de derechos y contempló acciones constitucionales para su defensa, abrió canales de participación en la vida económica, social y política, propendió por la profundización de la democracia, y le apostó a la moralización de la función pública y a la modernización de las instituciones.
“Esa constitución, cuyos primeros 30 años hoy conmemoramos, fue producto del más amplio y democrático proceso participativo de toda nuestra historia republicana, y constituye sin duda el pacto fundamental de convivencia pacífica que nos permitió recuperar la esperanza, crear las condiciones para construir entre todos una Colombia democrática, pluralista y participativa”, reconoció el presidente de la Corte Constitucional, magistrado Antonio José Lizarazo Ocampo, durante la instalación del foro.
“Vamos a tener que pensar en una descentralización que nos diga cuál es el número de unidades territoriales, político-administrativas y estatales capaces de tener un contrato fiscal incluyente y un contrato social garantista para que le dé a esta generación los derechos sociales, ambientales y económicos que necesita en este siglo, y que permita que la violencia quede completamente excluida de la política”, explicó López Hernández.
Por su parte, el ex constituyente y ex procurador Fernando Carrillo Flórez, por recordó que hace 30 años Colombia vivía un momento político en el que la generación de aquel entonces “trataba de actuar en lo público pero en los cementerios, lo cual era realmente dramático”. En ese sentido indicó que los partidos políticos estuvieron al margen de la iniciativa ciudadana por una nueva Asamblea Nacional Constituyente y se convirtió “en un punto de convergencia de toda la sociedad, en una luz al final del túnel, y un proceso de construcción colectiva”.
Resaltó que fueron 150 días en el que hubo un gobierno alternativo en Colombia y en el que la clase política no jugó ningún papel. “Era la alta política ciudadana; era la política que no estaba basada ni en los puestos, ni en los nombramientos, ni en el intercambio de pesos por votos y contratos”, puntualizó el ex procurador General de la Nación, quien aseguró que este fue “el consenso político más grande de la historia”.
A su turno Catalina Botero Marino, ex integrante del Movimiento Estudiantil de la Séptima Papeleta, también recapituló el momento histórico que vivía Colombia a comienzos de la década de los 90, el narcoterrorismo y los asesinatos de candidatos presidenciales.
“Nos encontrábamos en la marcha del silencio, cuando acompañábamos el féretro de Luis Carlos Galán, y es allí donde empieza a surgir esta conversación entre universidades que nunca se encontraban, y es en medio de ese país fragmentado y adolorido donde nos sentamos a conversar sobre las salidas institucionales para canalizar nuestra energía y transformar nuestra sociedad, atravesada por esas tragedias, esos dolores, esas imposibilidades”, evocó Botero Marino sobre las circunstancias de aquel entonces.
En ese mismo sentido, la alcaldesa indicó que su principal motivación para sumarse al movimiento estudiantil fue la rabia e indignación que sintió cuando asesinaron a candidatos presidenciales de su preferencia, como lo fueron Galán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro. “Hubo desilusión y frustración, pero también la profunda convicción de que nunca sería la violencia la que nos iba a dar opciones de salida”, recordó.
“Mi generación fue capaz de generar el proceso social y político que produjera la Constitución del 91, el gran desafío de esta generación es hacerla realidad en todos los territorios de Colombia, en ese tercio de Colombia que todavía no tiene Estado ni mercado para hacer realidad los mandatos constitucionales”, señaló la Alcaldesa Mayor.
“Nosotros fuimos la generación de la constituyente, ustedes están llamados a ser la generación de la paz y de la inclusión social y económica del país. Que sus únicos escudos y sus únicos cascos sean la cédula y la constitución”, indicó en su intervención. Finalmente pidió que no se trivialice ninguna forma de violencia política. “Este país no los necesita de héroes, resistiendo y arriesgando sus vidas frente al abuso de la represión, los necesita con su inteligencia, con su energía, con su creatividad, con su capacidad de acción colectiva, para que usando su ciudadanía y su inclusión política, esa que les dio la Constitución del 91, sean capaces de concretar la inclusión social y económica que va a construir la verdadera paz”, concluyó.