Con satisfacción recibí la información que el Consejo de Estado negó la demanda de perdida de investidura realizada en contra mía por el senador Iván Cepeda Castro, un logro más en contra de la política de odios y la politización de la justicia.
Durante mi actuación en la vida pública siempre he sido un ciudadano respetuoso de la ley y la Constitución. Mis resultados en el ámbito político y como representante investigador siempre han estado conforme a los postulados de la justicia y así lo expresé ante el alto tribunal, que hoy me da la razón, frente a la demanda temeraria del senador Cepeda.
Como congresistas debemos dejar atrás la política del odio y zanjar las diferencias en el mismo escenario sin llevarlos a las instancias judiciales. Soy un convencido que no hay que judicializar la política, ni politizar la justicia, que tanto daño le ha hecho a la democracia.