Editorial. Opinión. Domingo 14 de Noviembre de 2021
Esta semana en el municipio de El Carmen de Viboral, departamento de Antioquia, un menor apuñaló a su amigo cuando jugaban baloncesto, algo que refleja, en buena parte, la crisis de valores por la que atraviesa nuestra sociedad.
Llama la atención como el adolescente agresor, hoy en poder de las autoridades, planeó el ataque simulando llegar a jugar baloncesto, lo invita a la calle, de inmediato le pasa el balón y aprovecha para irse a sus espaldas y propinarle con fuerza dos puñaladas a su amigo, sin mediar palabra. La agresión quedó grabada por una cámara de seguridad del barrio Ospina a plena luz del día.
Esto más allá de ser un hecho judicial que a diario registran los medios de comunicación, ratifica que hay una ausencia de los padres en la vida de los menores, no hay formación, acompañamiento y enseñanza de principios y valores porque por más que hayan cambiado los tiempos, no hay razón que justifique una agresión de esta naturaleza donde pudo haber matado al menor de 16 años.
Es responsabilidad de los padres formar al niño. Es una misión, función encomendada por Dios a los padres. Lo dicen claramente las Escrituras en Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Muchas veces los progenitores descargan su responsabilidad en los centros educativos, en las escuelas y colegios, que seguramente pueden ayudar a reforzar esa formación, pero no podemos olvidar que en el manual de la vida en Deuteronomio 6:6-9 la delegación es contundente cuando dice “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.
Con el paso de los años, los padres han perdido liderazgo en el hogar, antes porque rayaba en el maltrato y ahora porque hay padres pusilánimes que no estorban, no enseñan y no hablan con amor a los pequeños, de manera que logremos unos verdaderos ciudadanos que amen a Dios, la vida, la ciudad, el país, el respeto por lo ajeno y por el otro, entre otras cosas. O quizás todo esto es producto de lo que los hijos están viendo hacer a sus padres porque el ejemplo dice más que mil palabras.
Mucho se habla de la violencia intrafamiliar, pero cuando eso ocurre en un hogar, es justamente porque en ese espacio no hay un lugar para el Creador. No podemos seguir viviendo a nuestro parecer sino que debemos permitir que sea el Todopoderoso el que guíe nuestras vidas. Muy acertadamente lo sugiere el versículo de Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer”.
Algunos consideran estas reflexiones como un fanatismo del que no quieren saber nada, pero eso lo piensan porque sin darse cuenta están más del otro lado, del lado del que quiere que en la tierra reine el caos, la mentira, el desorden, la muerte y la grosería, entre otros. Ojalá pudieran darse una oportunidad de tener una relación íntima con el Señor, algo que se logra producto de la oración y la lectura de su palabra y así podrán experimentar la belleza de la vida, de vivir con plenitud de gozo.
Por: John Didier Rodríguez Marín https://twitter.com/AlDiaNoticiasJD