Columna de Cristina Plazas

Hace unas semanas, en este mismo espacio, denuncié que no existía voluntad política en la Cámara de Representantes para la aprobación del proyecto de ley que busca reducir el receso legislativo (vacaciones) de 4 a 2 meses. Fuimos muchos los que alertamos de esta situación creyendo que con la presión de la sociedad civil y de los medios de comunicación, los congresistas actuarían pensando en el bien común y no en sus intereses personales; sin embargo, hasta el miércoles de esta semana continuaron realizando las jugaditas que tanto conocen para hundirlo. Hoy el proyecto está en cuidados intensivos.

El proceso ha estado marcado por actividades cuestionables desde el primer momento. Esta reforma constitucional, que estaba lista para pasar a segundo debate desde el 12 de agosto, duró más de 51 días engavetada por la presidenta de la Cámara, Jennifer Arias, lo que retrasó su trámite. Una vez se superó este impasse, fue aprobada en comisión primera de Cámara, por unanimidad, en un debate corto y de mucho consenso. A pesar de esto, la señora Arias continuó torpedeando el trámite y demoró más de un mes en agendarlo en plenaria, ignorando la súplica, a través de una misiva, de varios colegas de la Comisión Primera. Incluso agendó primero proyectos que fueron aprobados con posterioridad a esta iniciativa como la nefasta reforma a la justicia cuyo objetivo fundamental era recortar los requisitos para ser fiscal y procurador.

Una vez se logró agendar el proyecto el miércoles 11, las trampas continuaron y fue puesto en el punto 7 del orden del día; aún cuando la ley 5 establece que las leyes estatutarias y los proyectos que ya hayan sido debatidos por la otra cámara tienen prioridad. Con este argumento, se presentó por parte del autor de la iniciativa, Gabriel Santos, una proposición para modificar el orden del día, para ajustarlo a ley, pero como era de esperarse fue negada por 72 representantes. (En mi twitter: @cristinaplazasm pueden consultar el listado.)

Ese día, la representante Arias, parece que estaba muy cansada para trabajar y levantó la plenaria a las 5 pm. ¡Descarada! Solo se debatieron 3 proyectos, de muchos que están en vilo por los tiempos.

La única opción para que este proyecto sea una realidad es que se apruebe a más a tardar el miércoles de esta semana en Cámara y que no se le haga una sola modificación, porque no darían los tiempos para la conciliación. Y que exista la debida voluntad política en Senado para aprobarlo, sin que se le haga tampoco una sola modificación.

¿Será muy iluso pensar que salvarán el proyecto?

Está claro que estos “honorables” jamás legislarán en contra de sus propios intereses. Este congreso sin duda pasará a la historia como uno de los peores

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John Didier Rodriguez Marin

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