Editorial de esta semana para Al Día Noticias.                    Marzo 6 de 2022.

                                                                          Por: John Didier Rodríguez Marín

La danza de los millones de estos días, da cuenta que se están ofreciendo hasta $100 mil por voto con recursos provenientes del narcotráfico, de actores armados, interesados en inclinar la balanza a cierto sector político.

El país está frente a un gran desafío democrático como las elecciones para elegir un nuevo congreso e implica la participación de todos para evitar que la minoría y los corruptos impongan sus candidatos e ideales.

Ya hemos visto en el pasado como existen maquinarias de corrupción dispuestas a invertir miles de millones de pesos, que con seguridad provienen de la corrupción y del narcotráfico, para alcanzar una curul en Cámara o Senado.

La deshonestidad de estas maquinarias perversas, la hemos visto desde la compra del voto en efectivo, por un bien material, alteración de las actas en mesa de votación, suplantación, los muertos votando, compra de funcionarios o incluso con una Registraduría alterna, satélite, como se descubrió hace algunos años.

No todos los que aspiran llegar al legislativo lo hacen pensando en sus intereses personales, aplicando la máxima del fin justifica los medios, no, también hay buenos políticos que están dispuestos a trabajar para mejorar las condiciones del colectivo, y por eso, es necesario participar a conciencia masivamente, para no permitir que los amigos del cohecho se sigan eligiendo.

Es claro que quien se hace elegir fraudulentamente, solo llegará para ver como recupera lo invertido, y ese fenómeno es lo que nos tiene como uno de los países con el mayor índice de corrupción. Bien lo sentencia la Palabra de Dios en Eclesiastés 7:7 “las dádivas corrompen el corazón”.

Y la verdad, para nadie es un secreto que estos guarismos de corrupción que se dan en el país, nacen desde el mismo proceso de elección, producto  de que la sociedad desde casa decidió olvidarse del Creador, desconocerlo, vivir sin él, sin sus principios y preceptos como los expresa Isaías 1:4 “¿Ay, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, generación de malvados, hijos corrompidos! Han abandonado al SEÑOR, han despreciado al Santo de Israel, se han apartado de Él”.

Así las cosas, para que esto cambie, debemos dar el primer paso, participando y dando el voto o una persona que no tenga tacha, que haya dado ejemplo con su vida en privado, y en ningún momento estemos dispuestos a dar el voto a cambio de algo para no hacerle el juego a este círculo vicioso.

Los hijos de Dios tenemos un llamado a ser parte de la solución, como lo sugiere Filipenses 2:15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”.

Por eso, si cada uno hace su parte de manera transparente, las pocas manzanas podridas, no lograrán viciar el proceso democrático, porque aquí los buenos son más, pero si vendo mi voto o no participo, estaré facilitando el camino de los impíos. La Palabra es clara cuando dice en Mateo 7:16 “Por sus frutos los conoceréis”.

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