Editorial de esta semana para Al Día Noticias. Marzo 13/22
Por: John Didier Rodríguez Marín.
A veces resulta incomprensible por qué unas personas son más felices que otras, por qué unas sonríen más que otras, por qué otras lucen más amargadas que otras, por qué hay quienes sufren más que otros y por qué otros son más relajados y no se toman las cosas a pecho.
Pues el asumir una actitud correcta frente a la vida y a las dificultades es un elemento fundamental para que nuestro rostro luzca alegre, amable, radiante, ojos iluminados, y sobre todo se traduzca en buena salud.
Estudios médicos, clínicos y científicos han demostrado que buena parte de las enfermedades que experimenta el ser humano es de origen psicosomático, producto de sus emociones, de sus sentimientos, de sus odios, tristezas, preocupaciones, amarguras.
Y es por esto que Dios nos encarga que evitemos tener en nuestro corazón una raíz de amargura que la puede producir cualquier sentimiento negativo por una situación o persona y así lo expresa en Hebreos 12:15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.
Suena sencillo decirlo, aunque lo difícil es aplicarlo, pero cuando uno interioriza oraciones como el padre nuestro y lo aplica a su vida, sabemos que debemos perdonar a los que nos ofenden así como nuestro Padre Dios nos perdona, y eso se logra cuando decidimos estar cerca del Creador, tener comunión con él, algo se abre paso en nuestra vida justo al adoptar el hábito de la oración.
El corazón es nuestro motor, es uno de los pocos órganos que no puede dejar de funcionar porque se apaga la vida físicamente. Así mismo ese fuero interno no lo podemos dejar contaminar porque entonces es cuando empieza a germinar la raíz de amargura. Bien lo expresa el Señor en su Palabra en Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”.
Así las cosas, cuidando nuestro corazón podremos sonreír, no tomar todas las cosas apasionadamente y de manera personal, perdonar si hemos sido ofendidos y dejarle esos asuntos al Todopoderoso para que sea él quien los juzgue, como lo señala Romanos 12:19 “Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”.
De alguna manera se trata de asumir una actitud que usan mucho los colombianos que residen en la costa cuando nos dicen “tómala suave”. Dediquémonos a reír, a compartir con amor, dejar el egoísmo, como si fuéramos conscientes que es nuestro último día sobre la tierra. Se han conocido casos de pacientes desahuciados que dedican sus últimos días a reír con humor, a despreocuparse y han tenido el testimonio de experimentar sanidad.
El sabio Salomón lo expresó claramente en Proverbios 17:22 “El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos”. Apliquemos este versículo en nuestra vida porque la Palabra del Señor es medicina para nuestra alma y cuerpo porque no solo de pan vivirá el hombre.