Editorial de esta semana para Al Día Noticias.                  Marzo 20/22.

                                                                         Por: John Didier Rodríguez Marín.

La alcaldía de Medellín sorprendió esta semana con una controvertida campaña que deja un  sabor amargo porque pone en evidencia lo peligroso para el desarrollo de un pueblo que lleguen al poder y a las entidades públicas personas carentes de principios porque en vez de aportar a construir una mejor sociedad lo que hacen es destruirla.

El proyecto denominado “Para el mal humor, Hazte el amor”, impulsado por el secretario de Juventud de Medellín promueve la masturbación. Pese a que el funcionario explicó que la iniciativa está sustentada por evidencia científica y que busca también eliminar los estigmas frente a la sexualidad, lo que pone al descubierto es el profundo desconocimiento de los principios de Dios en quienes tienen la responsabilidad de guiar una cultura.

Dios creó la sexualidad con un propósito claro, además de la procreación, para que sea un deleite del hombre y la mujer en el marco del matrimonio y no de la individualidad. Por eso, a pesar que se le puedan encontrar aspectos positivos por algunos “profesionales” a la masturbación, es claro que es un comportamiento que va en contra de lo establecido por el Creador como lo expresa en Génesis 2:18 “Y el SEÑOR Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”, y  en 1 Corintio 7:2 “Sin embargo, dado que hay tanta inmoralidad sexual, cada hombre debería tener su propia esposa, y cada mujer su propio marido”.

Claramente a la luz de las Sagradas Escrituras la sexualidad no se trata de un asunto de yo con yo, sino de una pareja y bajo la figura del matrimonio como lo dice en 1 Corintios 7:4 “La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer”.

La sexualidad es como un fuego que encendido en cualquier lugar y de forma no programada puede causar un incendio gigantesco y destruir un inmueble, una fábrica, un edificio pero si ese mismo fuego se enciende en una chimenea, en un fogón o una fogata va a ser agradable, será un alivio, así mismo ocurre con la sexualidad en la pareja, debe ser dentro de la figura del matrimonio porque no podemos olvidar que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo.

Por lo menos así lo sentencia el Señor en 1 Corintios 3:16-17 “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”.

Puede que esto suene muy fanático o religioso, pero las consecuencias de no seguir esta carta de navegación para el hombre que es la Biblia, son monumentales y por eso es que tenemos una sociedad maltratada, con niñas embarazadas, niños no deseados, bebés abandonados, carentes de amor, la proliferación del aborto y violencia intrafamiliar, entre otros.

Con campañas equivocadas como esta de la Alcaldía de Medellín, se malgastan los recursos públicos en vez de orientarlos a la nutrición y educación, y además conducen por el camino equivocado a la sociedad porque afirman desde la institucionalidad que masturbarse es bueno cuando es contrario al propósito original del dador de la vida. Justo ahí es cuando lo malo a punta de repetirse lo hacen ver bueno. Es una campaña que está mal dirigida porque los jóvenes necesitan que se les eduque en una sexualidad integral, donde no se desconecte de lo afectivo, y por ejemplo les enseñen a establecer relaciones más efectivas.

Lo mejor es no perder de vista pasajes como Hebreos 13:4 que dice “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”.

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John Didier Rodriguez Marin

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