Editorial de esta semana para Al Día Noticias. Julio 17 de 2022
Por: John Didier Rodríguez Marín
Últimamente todas las semanas los medios de comunicación deben informar sobre hechos de violencia de los jóvenes como el ocurrido en un colegio de Bogotá donde una niña debió ser recluida en una clínica porque su rostro fue desfigurado.
Asimismo las noticias de este fin de semana dan cuenta que en Barranquilla y Santa Marta se han conformado grupos de adolescentes entre los 12 y 17 años que se enfrentan de manera violenta a piedra, con machetes, armas blancas y en algunos casos armas de fuego.
Aunque dicen que no todo tiempo pasado fue mejor, si hay que advertir que hasta hace unos 30 años las peleas que ocurrían, que por demás no eran tan frecuentes, era a puño limpio y sin armas corto punzantes.
Algo ha pasado en la formación de las nuevas generaciones que ahora son más temerarias y dispuestas a vivir experiencias sin importar el riesgo que puedan correr sus vidas, de hecho, cuando el estallido social en el 2019 y 2020 se dijo que los protagonistas eran la generación que nació sin miedo, es decir estamos frente a una generación que no sabe lo que Dios espera del hombre como lo señala Mateo 5:9 “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”
Es muy posible que eso sea así, pero lo que yo creo es que de 20 años para acá es la generación que nació sin unos padres que velen por ellos, que los llenen de amor, que se preocupen por ellos y por lo tanto es una generación huérfana de amor, de atención y por ende de principios.
Son niños, jóvenes, adolescentes que no tuvieron un adulto que les enseñara pasajes de la Palabra de Dios como Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Es preciso que la educación desde casa y desde los centros de formación se apoye en valores que rigen el respeto, la convivencia porque no podemos seguir pariendo una sociedad donde predomina la ley de la selva, del más fuerte, del yo no me dejo de nadie.
Este problema del bullying de alguna manera se ha fortalecido porque tanto los padres como los profesores han ido siendo despojados de la autoridad, cada vez más toma fuerza donde una minoría ha impuesto su pensamiento según el cual el dejar hacer, dejar pasar y el libre desarrollo de la personalidad, está por encima de la autoridad.
Las Sagradas Escrituras, que no es otra cosa que la carta de navegación que dio Dios para guiar el comportamiento de los hombres, sugiere que no se puede ser pusilánime y se debe estorbar al hijo para no dejarlo hacer lo que le viene en voluntad, más aún cuando sabemos que la rebeldía es lo que predomina en los jóvenes.
Es por ello que Proverbios 22:15 nos dice que “La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la alejará de él ”.
No podemos perder de vista que una cosa es la disciplina y otra muy distinta el mal trato y la violencia hacia los niños, que entre otras cosas, se presentan casos aterradores en el país.
De ahí que como padres también debemos pedir sabiduría a Dios para lograr hacerlo de la mejor manera y no equivocarnos en la misión de formar vida para el bien y no para el mal. Claramente lo expresa Efesios 6:4 “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”.