Editorial de esta semana para Al Día Noticias.                    Septiembre 17/22

                                                                Por: John Didier Rodríguez Marín

Esta semana ha sido significativamente difícil para el senador Alex Flórez Hernández del Pacto Histórico porque, a pesar que no estaba en sus planes, le tocó salir a reconocer públicamente que es un alcohólico y que cuando consume licor tiene problemas como el que el país observó en las noticias donde insultó a unos uniformados en la ciudad de Cartagena.

Desde diversas orillas y sectores han salido a pedir su renuncia porque consideran que no está en condiciones para desempeñarse como un servidor público sino que debe someterse a un tratamiento de recuperación que no dura 15 días como la licencia no remunerada que pidió al Congreso de la República.

Flórez Hernández que está denunciado por violencia intrafamiliar y que en campaña lo vimos pegarle un codazo en tarima a una mujer, tiene como lema de campaña que “vamos a transformar a Colombia #ConEducación”, algo de lo que él claramente está muy lejos por los reiterados escándalos que ha protagonizado.

Pero no queremos venir a manera de tribunal de inquisición a ponerlo en la picota pública y juzgarlo por su enfermedad, ese no es el objetivo sino que por el contrario es ponderar el que después de tanto tiempo haya tenido el valor de reconocer que tiene un problema, que entre otras cosas es el primer paso para superarlo.

Creo que todos fallamos en algo y tenemos errores en los que debemos mejorar y necesitamos de una segunda oportunidad porque como dicen las Sagradas Escrituras el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. (1)

Está claro que no estamos para juzgar a los demás, sino incluso por el contrario, el ex concejal de Medellín debería recibir voces de apoyo que lo motiven a querer salir del lodo cenagoso en el que se encuentra por cuenta de la adicción al alcohol, algo que no es fácil y sencillo superar y por lo tanto es necesario rodearlo en su deseo de dejar esa esclavitud que fácilmente lo puede llevar a perderlo absolutamente todo, incluso su vida.

El creador de la vida nos dice en el libro del amor que debemos perdonar aun 70 veces 7 (2),  así que no tenemos ningún derecho a lapidarlo por sus errores, eso sí, creo que debería de dar un paso al costado, renunciar a su curul y darle prioridad a su vida, recuperarse y luego si tratar de volver para practicar lo que ha predicado que  “vamos a transformar a Colombia #ConEducación”, así él piense que no fue elegido para dar ejemplo sino para aprobar leyes.

Ojalá el congresista, con la misma vehemencia con que ha señalado a la fuerza pública en reiteradas oportunidades, porque ha sido su bandera en su carrera política,  por el abuso y exceso de la fuerza de algunos uniformados, permita que en él se aplique la fórmula  de que con la vara que mides serás medido (3) para establecer las sanciones por sus faltas como servidor público.

Aunque queda demostrado que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio, (4) debemos reconocer  que Colombia, permítanme exagerar, es un país de alcohólicos, no hay pueblo ni municipio donde cada fin de semana se tenga que lidiar con borrachos, estado en el que lamentablemente se presentan todo tipo de riñas, violencia intrafamiliar y hasta homicidios. Mal ejemplo damos los adultos a los niños, futuras generaciones que se forman en este marco de brutalidad porque no sabemos tomarnos un trago.

Apoyos Bíblicos:

  1. Mateo 8:7. /  2. Mateo 18:22 / 3. Mateo 7:2 /  4. Mateo 7:3
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John Didier Rodriguez Marin

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