La concejal de Bogotá Lucía Bastidas llamó la atención de la administración distrital sobre los índices de pobreza y pobreza extrema que se han exacerbado en la ciudad producto de la pandemia del Covid-19, relacionados con problemáticas que no han recibido la atención necesaria.


De acuerdo con el DANE, los efectos de la pandemia hicieron que en el último año, la ciudad retroceda 10 años en los logros para superar la pobreza. Un 43,4% de los habitantes de Bogotá vive en condición de pobreza; pasamos de tener 2,2 millones de ciudadanos pobres en 2019 a 3,3 millones en 2020; y en pobreza extrema para 2019 la ciudad tenía 334.591 personas en esa condición y aumentó a 1,1 millones en 2020, un incremento de 221,7%, sin dejar de lado que las tasas de pobreza monetaria de acuerdo a jefatura de hogar, muestran nuevamente que las mujeres son las más afectadas, con la pérdida de ingresos, aumentando la brecha en 3,3 puntos porcentuales.


Según señaló la concejal, el común denominador de la situación es la falta de atención que se equipare a la necesidad real de los ciudadanos: “No podemos acostumbrarnos a los trapos rojos en las ventanas, no podemos hacer oídos sordos sobre estas cifras alarmantes, que indican que algo no se está haciendo bien; y mucho menos normalizar la realidad que es evidente en las calles de negocios cerrados, avisos de ‘se vende o arrienda’ en locales y casas, personas durmiendo en carretas, improvisando viviendas debajo de los puentes y fomentando la informalidad”.


El comercio, generador de empleo, perseguido y en quiebra, el sector productivo de Bogotá ha sido el más damnificado por cuenta de las restricciones, manifestó la concejal Bastidas, quien compartió estadísticas preocupantes que influyen en el desempleo, la quiebra de empresas y la pobreza generalizada de la ciudad.


“Los comerciantes, han presentado propuestas y alternativas que no han sido tenidas en cuenta por la Administración. Por el contrario, les tocó afrontar un cierre generalizado de cinco meses, millonarias inversiones en estrictos protocolos de bioseguridad para acceder a la reapertura gradual, sin lograrlo, pues lo que han tenido es una serie de cuarentenas generalizadas que hasta el día de hoy dejan un 31% del comercio formal que cerró definitivamente, las ventas que han caído en más del 70%, 61 mil empresas que cerraron; mientras los gastos: arriendo, servicios públicos, nóminas e impuestos siguen vigentes; no hay descuentos o subsidios y eso recrudece la crisis humanitaria”, señaló, la cabildante del partido Alianza Verde.


Y agregó: “Estos datos reflejan el error en la dinámica que ha elegido el gobierno distrital de continuar afectando al comercio, que en realidad es un gran aliado para reactivar la economía de la ciudad. Lo advertimos en el debate del Plan Marshall cuando la administración no acogió nuestras propuestas diciendo que todo iba a estar bien, y resulta que varios meses después no es así. Es la hora de dejar el show mediático y asumir responsabilidades y escuchar al Concejo de Bogotá en nombre de los ciudadanos”.

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Nicolas Espinosa Estevez

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